Nascere, Parte 1: El Galpón de las Artes y una creación teatral para descifrar
El grupo que también gestiona la sala se reencuentra en el escenario con una obra escrita y dirigida por Claudia Balinotti para celebrar tres décadas. Una pieza que invita a reflexionar sobre la existencia de la humanidad.
El Galpón de las Artes está de fiesta. Para celebrar tres décadas de teatro independiente y de autogestión, el grupo fundado en Mar del Plata presenta su nuevo desafío: “Nascere, parte 1”. La obra, escrita y dirigida por Claudia Balinotti, marca el reencuentro del grupo en el escenario y se da en el marco del Festival de Estrenos 2025.
La palabra “Nascere” (nacer) de alguna manera resuena con la historia de El Galpón de las Artes. Claudia Balinotti reflexiona sobre las múltiples “semillas” y renacimientos del espacio, desde la primera sala en Rivadavia y Jujuy hasta su actual ubicación, siempre poniendo “las artes como camino de humanización” en espacios que no fueron concebidos para el teatro.
La cartelera del Festival de Estrenos innova con Nascere que se estrena este viernes a las 21:30 y las reservas están disponibles a través del siguiente enlace: https://galponartes.com/espectaculo/nascere/
“La alegría es inmensa. Después de tanto tiempo, el grupo puede estar de nuevo en el escenario… estrenando nada más y nada menos que una obra.”
“Cuando la arena cubrió el galpón” fue la última obra que realizaron íntegramente como grupo, la pandemia detuvo los proyectos que tenía la compañía y ahora, de cara al aniversario se propusieron estrenar la primera parte de Nascere. A pesar de los obstáculos y desafíos que se presentaron durante el proceso creativo, las ansias por tender puentes con las y los espectadores mantiene viva la llama del elenco que integran Mariano Tiribelli, Emilia Parafioriti, Mónica Juárez, Mónica Canesa y Claudia Balinotti.
¿De qué se Trata “Nascere”?
Mónica Juárez: Si bien el teatro es una práctica humanizante, la obra es humanizante. Es una revisión de lo que nos pasa como seres humanos, frágiles, finitos como lo que somos. Como grupo siempre nos estamos reinventando e investigando en cada personaje, que no sea parecido a otro que hayamos construido. En esta búsqueda fuimos construyendo nuevos personajes, es el nacimiento de algo nuevo pero también de humanización que sale de unos escombros para volver a encontrarnos y vernos como seres humanos.
Emilia: nace de un laboratorio muy intenso, de mucha búsqueda de cada uno que pone lo mejor para el personaje que le toca. Es una obra bastante compleja. Así como dice “la desintegración que llegamos a ser como seres humanos” esta obra no es línea en esta curva se ramifica en otros mundos donde los personajes no se encuentran, se reflejan y es hermosa, muy poética. Es tan compleja para nosotros como será para el espectador, que va a tener que descifrar para sacar sus propias conclusiones. Queda una pregunta y es maravilloso. No veo la hora de estrenar.
Claudia: Siento que volver a encontrarnos en el escenario como grupalidad que de alguna manera especula sobre la eternidad, sobre el tiempo, la materia de la que estamos hechos.
¿Cuál fue la semilla que impulsó escribir está obra?
Claudia: Como grupo la última obra que montamos fue “Cuando la arena cubrió el Galpón”, empezamos a pensar un nuevo proyecto donde cada uno pudiera estar explorando intereses y expectativas particulares. Eso se cortó por la pandemia y venimos al escenario nosotros tres con Quién traerá el Alba explorando una nueva estética y las herramientas, pero quedó postergado volver todos a la escena. Cuando pasó el peligro pensamos que volver al escenario como grupo sería un buen regalo para los 30 años de El Galpón. Esa fue un poco la chispa.
¿Cómo transitaste ese proceso de escritura?
Claudia: pensando en una escritura, una dramaturgia vital como dice Arístides (Vargas) que nazca desde lo particular que se hace universal. Yo estaba tomada por un duelo de hace años, no podía escribir. Arístides abrió un taller en Buenos Aires, vengo hace un tiempo siguiendo la perspectiva de su formación, es un gran acompañamiento porque es un maestro que para cada uno en su búsqueda siempre tiene alguna orientación específica que te permite abrir tu propia forma de buscar la obra y fue muy movilizante, destrabó y sacó un poco a la luz algo que tenía que ver con ese mundo interno. Con ese material crucé la frontera siempre porosa entre el mundo de los vivos y el mundo de los muertos, y seguí trabajando.
Es una dramaturgia que tiene muchas capas, es compleja, está arraigada en este existencialismo y por eso vamos a presentar una primera parte y vamos a seguir investigando para presentar la obra completa más adelante.
Es una dramaturgia muy densa porque hay una manera de conectarse con la literatura, con la filosofía, con las ciencias, hubo aportes de todos esos campos y de mucho investigar. Siempre pasa que el texto literario, el texto dramático como dramaturgia escrita tiene una contundencia pero el teatro es el hecho presente que nos religa con el espectador en un aquí y ahora, en una simultaneidad con una expectación y que toma cuerpo en el cuerpo de sus intérpretes, entonces en ese cruce hubo textos que se ajustaron un poco.
Con “Quién Traerá el Alba” Hubo integraron nuevas tecnologías ¿Siguieron produciendo en esta línea?
Mariano: Con Quién Traerá el Alba empezamos a trabajar con las proyecciones inmersivas y el uso, en ese momento de Inteligencia Artificial muy precoz, más rudimentario con un interés de usar herramientas de código abierto, que no sean propietarias de una empresa, como es ahora chat GPT. Como todo avanza muy rápido ya en está puesta me interesa ir por más allá de esas proyecciones y en esa búsqueda estamos.
¿De qué manera trabajaron sus personajes?
Mónica: Cuando tuvimos el texto, nos fuimos poniendo a tono de la propuesta y la fuimos incorporando más allá de la lectura, hicimos ejercicios y pasar por ellos nos dio herramientas para comprender bien de donde tomar o cómo alimentar la construcción del personaje y lo que va pasando en cada cuadro. Esa es una de las bases. Después los elementos con los que cada uno cuenta los ponemos en juego, en la búsqueda está ese juego y después se retroalimenta con cada compañero, compañera y que también se va construyendo con la búsqueda de otro o también con la comunicación.
Mariano: Emilia siempre trae propuestas, ahora estamos todos muy metidos pero al principio ella se sabía todos los textos, las acciones y está todo el tiempo aportando cosas muy valiosas para todos. Es un gran motor para todos los que estamos. Con el correr del trabajo de investigación y dirección llegamos a empatizar entre estas energías de personajes que tienen relaciones familiares, se encuentra lo sincero, lo verdadero que hace pensar también en la propia historia. Cada cual atravesó un montón de duelos, es una temática muy fuerte y necesaria porque a veces se pasan de largo.
“Estamos trabajando con conceptos de física cuántica… se hacía muy difícil al principio comprender por dónde va la interpretación.”
Emilia: De acuerdo al texto que teníamos y sus cambios fui buscando y además hay partes que tenemos con Mónica de un encuentro que es espejado, lo trabajamos porque es muy fuerte. Me encanta ensayar, mi personaje es muy hermoso. El teatro es mi vida.
El elenco describe el proceso de creación como un verdadero “laboratorio” donde prima la libertad y el riesgo, a pesar de las vicisitudes que se presentaron eligieron estrenar “Nascere, parte 1” para probar y compartir esta primera etapa. El objetivo final es claro: que el espectador no salga indiferente.Nascere retoma el concepto de “ritual” que reafirma el teatro como encuentro, celebrando la vida de un grupo que permanece unido y sigue apostando a ponerle voz a quienes no encuentran las palabras en un mundo que a menudo silencia.
