
LAS RISAS INCÓMODAS COMO VÍA DE ESCAPE EN “LOS CINCO GRANDES DEL MAL HUMOR”
Detrás de escena: una charla con Alejandra Grollino y Roberto De Large
La vida como la muerte está escrita en algún lado, parece que así lo entendió Guillermo Yanicola que en 2019 murió y dejó un legado de obras como “Los cinco grandes del mal humor” que esta temporada renació con fuerza bajo la dirección de Natalia Prous y con la interpretaciones de Sol Fa, Gena Balduzzi, Alejandra Grollino, Roberto de Large y Lucila Iriarte.
La comedia negra que invita a reír como a reflexionar sobre relaciones familiares se sitúa en una casa marplatense, en ruinas. Una familia disfuncional, ensamblada espera con desesperación saber algo de su padre que desapareció, sin dejar rastro. Falta el sostén económico. Están sin gas, con frío y hay un hombre que pretende ingresar a la casa. La desesperación y el miedo es total.
De esta manera, seres rotos comparten el mismo techo por necesidad y es esa necesidad lo que los lleva a compartir con el público momentos dramáticos en donde lo cómico aparece para descomprimir la tensión que está latente todo el tiempo. En esta comedia dramática los vínculos sostienen la trama con momentos hilarantes como cargados de emotividad. Alejandra Grollino y Roberto de Large comparten la intimidad de “Los cinco grandes del mal humor”.
“Cuando yo me muera analicen mi obra, repártanse las regalías, adjudíquenme las deudas ¿Quién es el personaje de quién? Somos cuatro o cinco idiotas hablándole a las cosas que ya no están”
texto de Guillermo Yanícola en La bella dispersione

¿Cómo surgió la idea de reponer la última obra de Yanícola?
(Alejandra) En el 2021 quisimos volver por esta cuestión del Festival de teatro independiente y recordar todas las obras de Guille que se estaban haciendo, pero por cosas personales y tiempos no se dio. Fue en el 2023 que convocamos a nuevos compas.
¿Y la elección de Natalia Prous en la dirección?
(Alejandra) Natalia en primera instancia iba a ser una de las actrices pero no se pudo lograr y en esta segunda instancia le propusimos que sea la directora y ella está feliz de poder cumplir ese rol. Roberto De Large y Lucila Iriarte se acoplaron al grupo y fue un hermoso proceso
En tu caso te sumas como incorporación pero habías integrado otros elencos con Yanícola ¿Qué te pasó como espectador?
(Roberto) Yo la había visto y me había parecido una de las obras más agrias de Guille y se estrenó junto con Actores Extranjeros y Festival Salvatti. Cuando la vi sentía que estaba todo en tensión permanentemente, pasó el tiempo y cuando me convocaron la quise hacer porque recordaba que era un desafío fuerte para la actuación.
¿Qué pasó cuando tuviste que interpretarla?
Cuando la empecé a leer la quería hacer ya porque me interesaba, mi personaje tiene muchos roces sexuales con otro personaje femenino que como es amiga mía ella confía mucho y nos animamos a jugar cuestiones que quizás en la anterior no se jugaban tanto, en ese sentido la obra creció. Con Lucila Iriarte que es una tremenda actriz nos fusionamos fácil, el primer ensayo fue una leída en mi casa y en el tercer ensayo ya estábamos trabajando.

¿Cuál es la respuesta del público?
(Alejandra) Nos han dicho que esta versión de la obra desprende más humor que en la anterior. Se podría decir que es una comedia dramática. A veces la risa sirve para escapar un poco de la tensión, pero ahora la gente por momentos se ríe de lo que hacen estos personajes.
(Roberto) Es tanto drama que pasa a la barrera del humor si está bien trabajada, y sino se queda en una cosa que no funciona.
“Esta obra de Guille (Yanícola) tiene su parte disparatada como otras pero la carga dramática y esta cuestión agria la hacen distinta”
¿Hicieron una interpretación de la obra?
(Alejandra) Se respetó la puesta en escena tal cual fue en el 2019, pero los cambios lo aportan la impronta del actor y la actriz, y eso es lo que rescato Natalia como directora.
¿Durante el proceso creativo o las funciones tuvieron presente a Guille Yanícola?
(Alejandra) Todo el tiempo tengo presente a Guille, en los ensayos sé que me diría baja un poco, más lento…
(Roberto) A mí me pasa que hice tantas cosas con Guille en muy poco tiempo: desde el 2011 hasta que falleció, en esos años hice ocho obras. Siento que soy intervencionista, no tengo drama en entrar e intervenir, algo heredé de eso, antes de anotarlo lo hago. Siento que él hubiese estado muy arriba de esta obra como estuvo siempre, pero acá se trabajan muchas sutilezas, tensiones y miradas. En el teatro hay ciertos silencios en los que Natalia hizo mucho hincapié en que se sostengan y terminaron de cerrar en el estreno con el público, cuánto dura un tiempo, una pelea, cuánto dura el volver a hablar. Es difícil hacerse entender porque el actor/ actriz que está en escena quiere hacer todo el tiempo y acá aprendimos a sostener.
“El convivio es todo en el teatro, porque la gente se ríe de cosas que uno no esperaba”, coinciden el actor y la actriz. En retrospectiva siguen confiando en el material del dramaturgo y las herramientas que les aportó. Con energías renovadas cada personaje acentúa su impronta en escena y le da un sentido de pertenencia único, propio para llegar a quien se siente en la butaca.
La obra “Los cinco grandes del mal humor” funciona como un recordatorio de que incluso en los momentos más oscuros, la ironía puede ser un bálsamo necesario para digerir el trago más amargo. Así, El Galpón de las Artes continúa recibiendo a marplatenses y turistas que se sienten interpelados por espectáculos del género absurdo como “Haga Algo”, de Natalia Kramer que quien no la vio aún está invitado a hacerlo.