Más sobre la obra:

5 minutos es un monólogo teatral. Esta obra se inspira en la canción Te recuerdo Amanda, del cantautor chileno Víctor Jara. El monólogo habla sobre el amor de dos operarios, Manuel y Amanda, dos operarios-personajes contemporáneos a Víctor, pero que atravesaron el tiempo y que podrían (y pueden) estar caminando ahora, por la calle, en igualdad de condiciones a las nuestras, y de quienes, a veces, no nos damos cuenta de lo que llevan en el pecho y de lo que existe dentro de sus almas. Dos operarios de cualquier fábrica, de cualquier ciudad, de cualquier país de nuestro continente.

El espectáculo no se fija apenas en los individuos, la inspiración nos lleva a avanzar desde la historia de esos dos personajes hasta la historia de Latinoamérica en las últimas décadas. Partimos de dos hombres, dos Manueles, para hablar de la historia de tantos que lucharon, fueron asesinados y forjaron sus vidas con base en la resistencia contra la dictadura civil-militar que nos azotó, entre las décadas de 60 y 70. También para hablar de hoy, de nuestro cotidiano, de la dictadura de un sistema que perpetúa la tortura y muerte de millares en las periferias de todo el país.

Las cuestiones del pasado nos atraviesan y se hacen presentes. A partir de la historia de Manuel Fiel Filho, operario en São Paulo, militante de base del PCB, asesinado en 1976 por la dictadura, la obra trata y aproxima la historia de esos caminos que se cruzan. Un Manuel brasileño y un Manuel chileno, este último, también operario de los cordones industriales de Santiago, un defensor de la revolución popular. Manuel, además, padre de Víctor, que le pegaba a su mamá y la dejó con cinco hijos pequeños.

Las historias de todos esos Manueles se encuentran con la historia de un hombre, preso, olvidado en una celda por 50 años, solo, que intenta comunicarse, registra su historia y necesita comprobar que continúa vivo.

Cinco décadas de una historia que todavía persiste, una vena abierta en nuestra Latinoamérica. Nuestro Manuel es resultado de ese proceso, él vive dentro de nosotros.